Un corazón de páramo,
huérfano de cariño,
es cuanto pude ganar
recorriendo el mundo.
Mi insensatez creyó que yo conquistaría
derechos de rey,
y que ganaría cielos en la tierra,
y un futuro de oro.
Ya no.
Ahora sabe que el futuro bueno es esquivo.
Mi esperanza,
rendida a la desesperanza,
me trae de la mano irremediablemente, rendido,
y regreso a mis orígenes.
Francisco de Sales