No sé quién controla

los conflictos interiores;

no sé quién pone las pautas,

aviva la confusión

o apaga el fuego.

No sé de quién son las respuestas,

ni quién organiza enfados,

ni quién acalla las protestas

tapándolas con paladas de olvido.

No sé quién soy yo y quién el otro,

cuándo yo y cuándo el otro,

por qué a veces yo y a veces el otro.

No entiendo de mí, ni me conozco;

no salgo de mis laberintos,

no hallo la puerta de salida,

no encuentro el tesoro escondido.

No sé.

Nada sé.

Francisco de Sales