En esta etapa anciana de mi vida peleo ferozmente con el olvido para que no me arrebate todas las vivencias y las esconda en su negrura. Cada vez me aferro con más fuerza a mi presente menguante y cada vez…

Continuamente. Era un juego antiguo que aún le ilusionaba cada vez. Su intención era sorprenderle; aparecer de improviso, antes que pudiera reaccionar imitándola inmediatamente. Era un locura, lo sabía, pero esa no era una razón suficiente para dejar la costumbre…

  Sed                 de            caballos.                         Hambre           de            cielo.                         Sed                 de            pisadas.                         Hambre           de            sueños.                         Sed                 de            rosarios.                         Hambre           de            montañas.                         Sed                 de            cristales.                         Hambre           de            justicia.                         ¡Qué incomprendido…

Me engañaron con el futuro: nunca llega. Nunca viene. Se queda allí, en el futuro, en esa promesa o amenaza inmaterial a la que no accedo. Siempre es presente. Me despierto, y es hoy. Consulto el calendario, y es hoy.…

Cuando vaya al fin del mundo quiero llevar una bufanda. Aunque haga calor. Quiero llevar una bufanda. Y quiero sentarme allí, la prisa a sotavento, la inquietud a la deriva y el miedo, muerto. Quiero disfrutar la luz que explota…

Doscientas veinte personas ocuparon el avión. Despegó majestuosamente -orgulloso pájaro de hierro- a la reconquista de su reinado en el cielo. Voló firmemente hasta que a su vuelo altivo le pararon los motores y le insuflaron desgracia. Hubo un caos…

El cielo que acoge el cielo, ese azul o gris o negro, morada tenebrosa o sol, lazarillo de todos los ciegos, azul marino como el mar, pechos de madre, corazón henchido, destino de gigantes, sanador de destinos, bufón sin gracia…