Mentira y verdad

Podría insistir más

en el autoengaño de que no pasa nada,

todo está bien,

la muerte apenas me duele,

y podría sonreír como un idiota

-lo que soy-,

desmitificar el dolor,

desenvenenar el veneno,

sufrir con la alegría puesta

y poner un punto y aparte

en mi vida y en el mundo.

Podría quitar la sangre de mis venas

-la sangre de las heridas-,

clausurar los lagrimales,

llevar mi alma al psicólogo,

recoger mis pedazos del suelo,

pintarme una sonrisa como un payaso

y mentirme con un no pasa nada,

todo está bien.

Y lo haré.

Prefiero la mentira a la verdad.

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