Cuánto me gustaría
sentir tu aliento en la nuca,
tu aroma entrando en mí,
y tu respiración tan conocida,
ahora que no te espero,
que estarás tan lejos como el olvido;
cómo me gustaría saberte
a mi lado o conmigo,
darme la vuelta y besarte,
y hablarte de amor como nunca lo hice,
y traspasarte mi nostalgia
sólo para que sepas lo que duele,
y prestarte mi corazón
y sus congojas.
Cuánto me gustaría
el más leve de tus roces,
el más cálido de tus abrazos,
el más fogoso de tus besos,
o simplemente que me digas al oído
que me amas.