Noche cruel

Tres campanadas.

Después, regresa el silencio que vive en la noche

imponiendo un vacío irrellenable.

Han pasado más de cinco horas desde que se acostó

y sigue irremediablemente despierto.

Dentro de una eternidad sonarán cuatro campanadas.

Para entonces,

su mente habrá dado la vuelta al mundo

y habrá recorrido todo el pasado,

y sus miserias.

El futuro no lo habrá podido ver,

por ser difuso y oscuro.

Con este pesimismo tan sólido,

y el sueño ausente,

y las ideas tan inquietas como inquietantes,

pasará otra noche cruel

como cruel es él consigo.

Francisco de Sales

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