Al principio
nadie piensa que se romperá el encanto,
que la magia se decolorará
hasta ser una sombra pálida,
que la alegría coqueteará
con la tristeza
y después con el miedo
hasta llegar vencida
a la desesperación.
Qué triste muerte,
qué sangrante dolor,
cuánto sufre el corazón roto.
Es triste el rastro
que dejan dos corazones que se separan,
cada uno hacia su rincón del desconsuelo.
El desamor es cruel.
Es el destino equivocado.