Emprende
caminos cuyo final
te sea desconocido.
Camina
aun sin saberte bien encaminado,
aun sin el calzado adecuado,
sin ansiar la meta.
Hay que continuar
siguiendo el faro de la intuición,
las señales sin palabras,
la calzada rota.
Quedarte quieta no te saca
de donde no quieres estar.
Con sólo un paso que des
ya te alejas del pasado.
Que lo ingrato no sea para ti.
Que el futuro no sea tu enemigo.
Que el dolor no te siga donde vayas.
Que la felicidad se te aparezca
al doblar todas las esquinas.